DESCRIPCIÓN HERÁLDICA
Escudo ovalado, el campo de sinople con una ceiba arrancada en oro, cargada de una espada de plata puesta en palo, punta arriba y acompañado el tronco, a la diestra, de unas llamas de fuego de gules y oro, agrupadas, y a la siniestra de un libro abierto de plata, con los cantos de oro y el forro de gules; y en punta un volante de plata con el lema RAÍZ-SAVIA-HONOR, escrito en letras de sable. Bordadura de plata con la inscripción ACADEMIA PUERTORRIQUEÑA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, también escrita en letras de sable.
DESCRIPCIÓN EN TÉRMINOS ORDINARIOS
Escudo ovalado, con borde plateado, su fondo de color verde olivo y en él una ceiba enteramente dorada, con sus raíces al descubierto. Sobre el tronco y la copa del árbol figura una espada desenvainada puesta verticalmente, la punta hacia arriba. Al lado izquierdo del tronco figuran unas llamas rojas y doradas, agrupadas, y al lado derecho, un libro plateado abierto, con los cantos dorados y el forro de color rojo. Bajo el árbol, una cinta volante plateada con la inscripción RAÍZ-SAVIA-HONOR, puesta en letras negras y en el borde plateado del escudo otra inscripción, también en letras negras, que dice: ACADEMIA PUERTORRIQUEÑA DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
SIMBOLISMO
El lema de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española nos da la clave para interpretar el simbolismo de la insignia adoptada por la docta corporación. Sus palabras RAÍZ-SAVIA-HONOR, equivalen a decir: “La lengua española es raíz, vida y honra de la cultura puertorriqueña”.
Cuatro figuras componen el emblema: un árbol, una espada, unas llamas de fuego y un libro. Dos esmaltes la dominan: el oro y el verde.
La ceiba, el más longevo y corpulento de nuestros árboles autóctonos, se caracteriza por sus poderosas raíces. En el emblema representa a la vez la cultura puertorriqueña –una de las múltiples manifestaciones de la civilización hispánica y la lengua castellana, que constituye su fundamento y su vida. Se le esmalta en oro, que en heráldica significa riqueza y fuerza.
La espada, insignia heráldica del honor –porque en ella se conquistaba y vindicaba la buena fama–, representa la lengua no ya con fuerza articuladora, sino como lustre y ornamento de nuestra cultura. Significa también la disposición de la Academia de defender la lengua contra todo lo que pueda empañarla o adulterarla. Por ello se esmalta de plata, que es símbolo de inocencia y virginidad.
Las llamas del fuego, por referencia al prodigio de Pentecostés, simbolizan la lengua hablada. La lengua escrita está representada por el libro.
El color verde, en fin, que sirve de campo o fondo a las figuras, está tomado del blasón de Puerto Rico. Con todo derecho se apropia de este color la Academia Puertorriqueña de la Lengua, conservándole el significado de abundancia, esperanza y libertad, que le atribuyen antiguas tradiciones populares.
(Tomado del BAPLE, Núm. XIII, Año 1985 – Edición conmemorativa de los primeros treinta años)